"...la noche le cayó de golpe, de abajo hacia arriba como sucede en la espesura tropical, primero las ranas, las hojas, y por fin las estrellas. Cegado como estaba, se recostó a esperar que aclarara, que aquella densa cortina negra se corriera un poco, lo suficiente al menos para sortear el laberinto de vegetación que lo rodeaba. No tardó mucho en acostumbrar la vista, un frío rayo de luz se dibujaba nítido y fluorescente entre las ramas, el alba se filtraba y una a una aparecían, prolijas, espesas y precisas, sus finas hebras de mañana, carreteles de sol, cayendo ordenadamente sobe su cabeza, su cara embobada, sus ojos nerviosos de mosca atrapada, la trampa perfectamente bordada, luchando ahora a los gritos, emboscado inocente bajo los hilos blancos como la luna, de una inmensa telaraña sobre él desplegada..."
martes, 9 de febrero de 2010
"manía"
"...muy al principio y como la mayoría de su edad había empezado por las uñas, aunque luego fueron los dedos, y casi completamente las manos cuando finalmente lo apartaron de sus seis hermanos, para empezar, era el menor y su fama no lo ayudaba, tampoco las supersticiones de la gente, las lunas rebalsadas cada vez que cumplía los años, sus llantos de lobo en noches plateadas, por eso fue que lo encerraron, mal alimentado, enloquecido y asustado, su manía de morderse que desde chico lo condenaba, a llevar un bozal por piedad aunque más no sea, para frenar su irrefrenable voracidad autodestructiva, diezmado y hambriento cuando lo encontré, brazos y piernas, trozos de su propio vientre, todo lo que a su alcance latía, masticado mitad de su cuerpo ya, por el mismo devorado..."
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