"...entonces explotamos de nuevo, el mismo cielo contra la infame bandera pirata, once mamarrachos que poco tenían de soldado, corriendo sinsentido mientras el dios rebelde jugaba a la pelota con ellos, desarmados, indefensos, atónitos ante el gol más humillante bajo esa enorme sombra dibujada en el centro del campo, imborrable, con reminiscencias al sol, indeleble sobre nuestras islas..."
miércoles, 17 de marzo de 2010
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