"...suerte que estabas vos para manejar, el viejo apenas podía enderezarse y afuera al cielo lo atajaban cuatro chapas como podían, toda la tarde jugando adentro del auto estacionado, y ahora te tocaba arrancar, porque mojaba y fuimos zafando de mil charcos, de quedarnos mientras todo salpicaba, seguile, vos seguile, que todo lo demás te corre a vos juan, como el barro que no te toca, así chueco, asi te los morfás arrancando la quinta vuelta, y el agua que tampoco afloja en Milán, sigue cayendo, como esa bandera a cuadros al pasar..."
martes, 1 de julio de 2008
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