"...como dos trenes que no van a frenar, así te surcaron las manos, sucias cartas marcadas con líneas al azar, que ni de tanto abrir y cerrar pudiste borrar, volvías a casa y justo antes de cruzar, miraste la luz con ojos entrecerrados, hiciste sombra sin dejar de andar, y el sol sobre tu palma apretó los dientes para no gritar, apurado, adivinando la luz cuando lo ví bajar, la mano en alto como intentándome frenar, tarde ya para todo, para reaccionar, para juntar las suertes y volverlas a echar, en algún lugar quizá, para dejar de esperar, un tren al mediodía, que no va a llegar..."
lunes, 30 de junio de 2008
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