"...años más tarde la gente descifró verdaderamente aquella gigantesca estructura de hierro para la lluvia, ese capullo de costillas metálicas, en cuyo exacto centro y levemente horadada, una tabla de madera negra ocultaba las uniones soldadas para que aparentemente allí se sentaran, fanáticos bajo el inmenso diapazón que vibraba, y concentraba, misterioso temblaba, crujía y descargaba, ubicados justo ahí en su oscuro corazón, esperando empapados, aferrados ante el trueno, el impacto, la insoportable carga estática que tras el rayo, y en completo silencio los desintegraba..."
martes, 6 de abril de 2010
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