"...descendía como podía, tropezando a la carrera con el arpa traidora bajo el brazo, esa última incursión había sido demasiado y el gigante desencajado lo maldecía apenas arriba de su cabeza, entonces, extenuado y desahuciado , Jack recordó las semillas y no dudó, metió la mano en su bolsillo y tragó, ya en las mismas fauces del ogro, retorciéndose, atravesado de lado a lado, por las mágicas habichuelas..."
miércoles, 14 de abril de 2010
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